sábado, 24 de noviembre de 2007

NARANJA PREPARADA


Hoy quiero contaros un hecho anecdótico que me sucedió realmente.
En la anterior empresa en la que trabajé, teníamos horario partido, y debíamos comer en restaurantes de la zona. Recuerdo que lo hacíamos muy asiduamente en el restaurante Gutemberg, que se encontraba en la Calle Españoleto, esquina a la calle Santa Engracia.

El camarero se llamaba Lorenzo, y ambos teníamos mucha confianza entre nosotros y muy buena relación. Habitualmente ponían de postre, entre otras cosas, naranja preparada, y yo la pedía casi siempre, no solo porque estaba muy buena con un poco de azúcar, sino también porque me resultaba muy cómodo no tener que pelarla.

Un buen día, Lorenzo me trajo una naranja, sin preparar y yo me quedé inmóvil y perezoso, con los cubiertos en las manos y mirando a la naranja, asimilando que si me la quería comer, no tendría más remedio que pelarla. 
Lorenzo, casualmente se fijó en este detalle y me dijo con voz muy alta: ¡SI QUIERES TE LA PELO !. Todo el público escuchó el comentario y se quedó callado y mirándonos, esperando mi respuesta. A mí ya no me quedó otra que responder lo siguiente, también en voz bastante alta. ¡ NO GRACIAS, DÉJALO, SI ESO YA ME LA PELO YO SOLO ! 
Todo el mundo soltó una carcajada tremenda.

sábado, 3 de noviembre de 2007

1973 CUENTAME.....LA CAIDA


Hoy, os quiero contar una historia con cierto sabor agridulce, igual que la comida china.
Transcurría el verano de 1973, y el ciclista Luis Ocaña acababa de ganar el Tour de Francia. Mi amigo Manolo y yo siempre nos pasábamos los veranos montando en bicicleta todo el día, y vivíamos muy de cerca, las grandes gestas y duelos ciclistas de la época, entre el ya mencionado y malogrado Luis Ocaña y el caimán Eddy Merckx, entre otros protagonistas.

Siempre teníamos en la mente la idea de hacer una excursión con lluvia, para así llegar a saber lo que experimenta el cuerpo montando en bicicleta lloviendo.

Una mañana de Agosto, amaneció con el cielo todo encapotado, y con amenaza de tormentas. Nos dispusimos a ir a Morata de Tajuña, a visitar a unos tíos y primos míos. A los pocos minutos de emprender la marcha se puso a llover a mares y la calzada quedó totalmente encharcada. Mi amigo iba delante y yo inmediatamente detrás. El hizo un viraje para sortear un charco, y su rueda trasera rozó con la mía delantera, por lo que acabé dando con los huesos en el suelo, dando varias vueltas de campana y cayendo en medio de la carretera. Entre otras magulladuras, me acababa de romper un ligamento en la mano izquierda que a la postre me costaría 45 días de escayola, y cargarme las oposiciones al Banco Central, que estaban a punto de celebrarse. Estábamos más cerca del pueblo que de Madrid por lo que decidimos completar el recorrido. En casa de mi tía había visita, se trataba nada menos que del que fuera un buen matador de toros de origen segoviano, Andrés Hernando, que tenía negocios de construcción en el pueblo, y una gran amistad con mis tíos. El ex torero al verme con las secuelas de mi caída, y mientras mi tía me curaba, él me daba palabras de aliento......a lo que yo le contesté que las cornadas de un toro siempre son más graves que las caídas de los ciclistas.
Así es que regresamos con paso muy lento, yo con la mano colgando, pues no podía ni apoyarla en el manillar, pero en lo que cabe, yo iba relativamente contento, recordando mi conversación con el ex torero, igual que si se tratase de una historia de ficción como : " El Maestro y el Pequeño Saltamontes " , ó " Juncal y Búfalo ". Cuando llegase a casa, no eran precisamente rosas las que me esperaban.

Esto sí que ha sido un verdadero tostón, así es que os habéis ganado mi deseo de que paséis un buen día y tengáis un estupendo fin de semana.