Hoy quiero contaros la historia de una ex compañera a la que aprecio muy especialmente por varias razones. Ella se llama Christine Caritoux y es natural del sur de Francia. Recuerdo que todos los años, en Navidad, cuando llegaba la hora del reparto de la cesta en la empresa , ella me daba la suya, pues decía que no le gustaba nada de lo que traía. En mi casa lo celebraban con gran satisfacción.
A ella le encantaba muchísimo montar en bicicleta, tanto es así que iba al trabajo todos los días en bicicleta, tanto por el casco urbano (Calle María de Molina) como por la periferia (Parque Ferial Juan Carlos I ) Ella siempre me decía que los conductores la respetaban y que nunca había tenido problemas con ellos, a lo que yo le contestaba, que eso debía suceder así por tratarse de una mujer, además rubia y con ojos azules.
Chirstine vive muy cerca de donde yo trabajo, y el otro día me la encontré, por supuesto, con su bicicleta y estuvimos charlando un ratito. Le comenté que le hacía falta un " CASQUETE ". Ella me miró con cara sonriente y sorpresiva, como si yo le hubiese adivinado el pensamiento.
Le aclaré que el "casquete" al que yo me refería era para protegerse la cabeza ante cualquier caída ó accidente. Además, nadie debe ir sin un "casquete" en vehículos de dos ruedas, según las normas de seguridad vial.
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