Muy a menudo tengo recuerdos de anécdotas sucedidas con compañeros que tuve en otras empresas en las que trabajé. El caso que os voy a contar hoy, es el de Aribán, una chica de color; de color negro como el tizón, para más señas.
Estaba casada, y era madre de dos hijos, una parejita. Tanto el marido como los niños, eran también de color negro como el tizón, y con unos ojos oscuros y hermosos.
Ellos eran naturales de GHANA, y lo primero que le dije cuando ya tuve confianza con ella, es que aquí no fuera a hacer lo que le diera la GANA, como en su país.
Cuando venía al trabajo por las mañanas, me preguntaba que qué tal, y yo le contestaba: " Ya ves aquí, trabajando como un negro ".
Cantaba en un coro de gospel, compuesto por 102 personas y me comentó que iba a salir en la tele, en los Conciertos de la 2 y yo creyendo que los 102 serían negros, y todos vestidos iguales, le pregunté que cómo la iba a reconocer. Ella me contestó que lo tenía muy fácil, que todos eran blancos y que ella era la única de color negro.
Cierto día le comenté que las personas de color no tendrían problemas para ponerse morenos al tomar el sol en la playa, y me contestó que su piel se escocía tanto o más que la nuestra.
En fin, con todo mi respeto y cariño para todas las personas de todos los colores, quiero despedir este tostonazo que es del todo verídico.
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