En la década de los años noventa, salió a la luz una campaña publicitaria de TAMPAX. En ella salía una chica haciendo todo tipo de actividades variadas, como por ejemplo: montar a caballo, nadar, montar en bicicleta, danza.........Y decía : PUEDES HACER DE TODO. CON TAMPAX NO PASA NADA. ¡¡¡ NADA !!!
Pues bien, en aquella época, yo estaba trabajando en una compañía multinacional americana que acababa de adquirir tres empresas españolas y el resultado de aquella fusión fue una cantidad de trabajo impresionante. Trabajábamos hasta los sábados y los domingos. En mi subconsciente permanecía la idea de que si con Tampax no pasaba nada, yo podría sentirme ayudado por él en mi trabajo. No lo pensé dos veces, cogí y le quité a mi mujer dos tampax, uno de tamaño mediano y otro de tamaño grande y los puse en el bote de los bolígrafos. Muchos compañeros, al verlos, me preguntaban el sentido de aquello. Yo les contestaba la verdad, que con Tampax no me pasaría nada.
Tal era la repercusión del acontecimiento, que en algunas ocasiones las compañeras venían con mucha urgencia y se llevaban los tampones, porque se les había presentado de repente una cosa y no venían preparadas para afrontarla. Lógicamente, estas compañeras después, tranquilamente me reponían los tampones que se habían llevado. Menos mal, porque si no habría tenido que volver a robarle tampones a mi mujer.
Me gustaría que creyeseis todo lo que os he contado, pues es absolutamente cierto.
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