Hoy quiero contaros una historia real, que sucedió hace ya muchos años en mi trabajo. El escenario es una oficina, concretamente en el departamento de administración, compuesto por un equipo de once personas, todos hombres.
Todos los días, y en más de una ocasión diaria, recibíamos la visita de otro compañero, que pertenecía a otro departamento. Solía aparecer a primera hora para saludarnos, y luego a última hora, para despedirse hasta el día siguiente. La verdad es que cada vez que iba se quedaba charlando con nosotros un ratito.
Un buen día, nos dice que va a tener que dejar de visitarnos porque su jefe le ha descubierto y le ha dicho textualmente : " José María, no vayas por Administración que pierdes imagen "
Todos los compañeros nos quedamos reflexionando sobre lo que podría querer decir eso de "perder imagen", pensamos que lo que el jefe de José María quería decir era que la imagen que daba nuestro equipo de administración era tal vez de baja categoría para que José María se relacionase con nosotros.
Nos pusimos todos de acuerdo y un buen día decidimos vestirnos todos con traje y corbata, y así lo hicimos durante, al menos, tres días consecutivos, hasta que llegó el momento en que casualmente nos visitó este jefe que hizo el comentario de la imagen.
Este buen hombre se sorprendió muchísimo al vernos a todos trajeados y con corbata, pues no era nada habitual, y nos dijo lo siguiente: " Hombre...... qué ha pasado aquí que estáis todos tan guapetes y arreglados, ¿es que os vais de boda o algo por el estilo?" A lo que nosotros inmediatamente respondimos: " Nos hemos puesto así para ver si cuando venga José María a visitarnos, no pierde imagen con nosotros ".
Anonadado y sorprendido el jefe de José María, y sonriendo de manera socarrona, nos dijo: " Creo que estáis ante una gran confusión. Yo le digo a José María : " No vayas a Administración que pierdes imagen, pero no vayas tampoco a Producción, que pierdes imagen, ni a Recursos Humanos, que pierdes imagen, ni a Informática, que pierdes imagen ........., porque te estás escaqueando y se te está viendo el plumero "
Nos quedamos todos petrificados ante tal explicación. Si hubiéramos podido, nos habríamos metido debajo de las mesas para esconder nuestra verguenza.
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