La semana pasada, recordaréis que tuvo lugar en la oficina, un acontecimiento un tanto especial. Surgió un olor muy intenso a gas en las plantas: quinta, sexta, séptima y octava. Donde más se apreciaba el olor era en los cuartos de baño. Hubo gran preocupación y temor ante el riesgo de una explosión. Se telefoneó inmediatamente a la compañía Gas Natural para que se hiciera cargo de la emergencia, estuvimos a punto de llamar a los bomberos. Desalojamos todas las plantas y terminamos en la calle, en espera del veredicto de los técnicos de Gas Natural. Concluyeron su investigación y el resultado fue que no había gas por ningún sitio.
Tengo que decir que sí que hubo gas, he de dejar mi conciencia lo más tranquila posible, y asumir mi responsabilidad y declarar públicamente que el causante de ese olor a gas fui yo. Fui víctima de un monumental cólico de gases, por lo que tuve que ubicarme en el servicio de la tercera planta para evacuarlos, los gases buscaron su escapatoria por los respiraderos de los servicios de todas las plantas. El día anterior, me comí un platazo de potaje, con mucha hambre, ansia y avaricia, por lo que ya intuía que los efectos secundarios serían devastadores, como así fue. Quiero pediros mis más sinceras disculpas por todos los daños causados y espero y deseo que no se vuelva a repetir.
P.D. Este es el último escape de gas que ha soportado Jorge Salamanca entre nosotros, por eso se lo dedico a él, que ya tendrá ocasión de encontrarse con otros escapes de gas en su vida, pero nunca serán como este.
1 comentario:
Gracias Luismi por la dedicatoria. Aunque haya otros escapes de gas definitivamente ninguno será como este....
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