viernes, 15 de febrero de 2008

LA BÁSCULA NO ENGAÑA



En el tostón de hoy, quiero contaros una pequeña anécdota real que ha ido sucediendo en los últimos días. Mi hija de 17 años de edad, está siguiendo una dieta, pues está siempre con la obsesión de que está gorda, y la verdad es que ha conseguido tener un cuerpo bastante estilizado. Siempre está pendiente de su peso y para ello utiliza la báscula de baño muy a menudo. Recién terminada la Navidad, me dijo que se había pesado y que la báscula le había indicado 4 kilos más de lo habitual, que se debía de estar estropeando, que la debía revisar o cambiarle la pila. 
Pasaron unos días y como no le había hecho caso, me lo volvió a recordar por dos ocasiones más. Finalmente, acabé pesándome yo también para probar la báscula. Casualmente, yo también pesaba 4 kilos más de lo habitual, estaba casi seguro de que era la báscula, que estaba pesando de más. No obstante, para salir de dudas, fui a pesarme a la farmacia, y acto seguido me pesé en la báscula de baño. Fue tan grande mi sorpresa, que casi me caigo de espalda, las dos básculas habían pesado exactamente lo mismo: 82,750 kgs.
Inmediatamente se lo comuniqué a mi hija, y casi se tira de los pelos. Los dos habíamos engordado 4 kilos cada uno, y sin darnos cuenta. Inmediatamente, como dos tontos nos fuimos a mirar en el espejo más grande que tenemos en casa, para intentar localizar esos kilos de más. Ella los tenía en la cintura y muslos, y yo en la cara y en el abdomen. Ahora tenemos que ponernos manos a la obra para conseguir quitarnos esos kilos de encima.

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